lunes, 12 de marzo de 2012

Así es la democracía capitalista...

Aunque no me guste admitirlo me encuentro en una democracia capitalista.

Donde el pueblo solo decide una vez cada cinco o tres años, quien será el ungido o la ungida, para gobernarnos, nuestra Constitución lo define mejor "Una vez electos l@s diputad@s, no se encuentran obligados por ningún mandato imperativo".

Que quiere decir eso, que ya en "el curul", les puede dejar de importar las ideas que dicen defender y hasta lo que desean y necesitan las personas que los eligieron, sin consecuencia alguna.

Tan cruel es está realidad, que los municipios y diputados de "izquierdas" después de ganar las elecciones pasadas junto a las presidenciales; se durmieron en sus laureles y este periodo que ya casi concluye; ha sido en el que menos obras se han visto y en el que menos coherente ha sido la dirigencia, con lo que dicen ser de izquierdas.

Ejemplo de lo anterior, fue la férrea oposición que tuvieron a eliminar la vieja practica de las derechas, de delegar la decisión del pueblo, a las cúpulas de los partidos, referente a elegir a los diputados a la Asamblea Legislativa (cosa prohibida por la misma Constitución, pues el voto debe ser libre, secreto y directo). Si en países como Venezuela, Cuba y otros de tendencia progresista latinoamericana, las votaciones son de forma directa y por persona.

Que tristeza dio ver al "serenísimo máximo dirigente del partido" decir en ese momento, que no era posible que el pueblo eligiera directamente a sus gobernantes, que aun no estabamos preparados... Si eso no es un discurso de "derechas" no sé cómo pueda nombrarse.

El pueblo salvadoreño tiene esperanza en las izquierdas y que ellas podrán traer el bienestar que las mayorías necesitan; pero también es un voto crítico, que no se da por satisfecho con discursos. No por decirte amigo de Hugo o de Fidel, te convertís por "osmosis" en semejantes referentes de nuestra América Latina y de la construcción de un futuro mejor.

Barbas en remojo y a exigir, que los que no dejan que el partido, escuche a su pueblo y tome el papel de la historia que necesitamos, que se hagan a un lado; necesitamos coherencia y eso es lo que ha castigado hoy el pueblo “No demostrar con acciones lo que se dice creer y defender”.